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lunes, 24 de septiembre de 2012

Como en casa

Hallo!
Después de 15 díass sin Internet y una semana sin inspiración, vuelvo.
Vuelvo para contaros mi tarde de hoy, porque aunque no habla de lo distinto que es Alemania ni de las cosas típicas de aquí, he de decir que hoy me he sentido como en casa y me he echado unas risas.
Resulta que aquí, como todo el mundo sabe, la gente come muchas salchichas y bebe infinitas cervezas, y claro, el michelín se resiente. De ahí que me haya decidido a apuntarme al gimnasio de la universidad pública de Dortmund, la "tu" para los amigos. Y ahí estaba yo, disfrazada con mis leggins, mis zapatillas y mi moño en el cogote, dispuesta a triunfar en la elíptica, cuando la señorita del mostrador me ha cortado todo el rollo y me ha dicho que o me apuntaba para 6 meses y hacía un curso durante el primero o nada. Y claro,como mis amigos pagan 18 euros, por un mes y sin curso en el mismo gimnasio, he cogido y me he ido.
Dispuesta como estaba para la actividad, y con las cervezas y salsas en mente, he vuelto a la residencia y armada con mi Mp3, he echado a correr. Con al menos 10 minutos de carrera a mis espaldas, en cosa de segundos, se ha desatado el diluvio universal. Al principio yo, muy chula, he seguido, pero al comprobar que no veía nada y que el único final posible era "de morros en un charco", me he resguardado en la marquesina de un autobús junto con tres señoras alemanas. Entonces, se ha producido un fenómeno curioso, aunque no nuevo para mi, y las tres señoras alemanas se han puesto a conversar y a hablar del tiempo, de lo que tarda el bus y de lo monísma que llevaban la permanente antes de la lluvia (o eso he entendido). Cada señora, en su papel, hacía una cosa, una rumiaba por lo bajo y miraba el reloj, otra asentía todo el rato y miraba al fijamente y la última, que llevaba el peso de la conversación, no paraba ni para respirar.  De echo, entre el ruido ensordecedor de la lluvia me ha parecido distinguir un ligero acento maño de señora de pueblo, aunque no lo podría jurar.
Cuando he considerado que el aguacero ya no iba a poder conmigo y el sol asomaba detrás de las nubes, me he lanzado de nuevo a mi quehacer. Y ahí estaba yo, roja del esfuerzo y empapada, totalmente flipada por mi primer arcoiris alemán. Y claro, ante semejante espectáculo me he venido arriba y me he pegado una hora de paseo (ya andando, evidentemente) por un parque muy bonito que he descubierto al lado de mi residencia.
El parque, cuyo nombre extralargo en alemán me veo incapaz de reproducir, me recordaba al Pirineo. Como en medio de una montaña he paseado acompañada por las notas de extremoduro por una gran pradera y pasillos de vegetación. Y he visto flores de muuuuuchos colores!.
Al final, además, he visto una rana, que daba un poco de asco, pero como yo iba a tope por el deporte, la melancolía, el olor a tierra mojada, el verdor y el recuerdo de la señora con acento maño, pues casi ni he gritado.
Al volver a la residencia, me han preguntado si la señorita del gimnasio me había echado y entonces me he acordado que como la señora no cooperaba simplemente me he dado la vuelta y me he ido...
Volveré con más, igual hasta rollo flashback.
Küsse

;)